Javier Bracho muestra la belleza de las matemáticas

El investigador Javier Bracho, quien esta semana se convirtió en el segundo matemático en ingresar al Seminario de Cultura Mexicana, afirma en entrevista con La Razón que es importante “mostrar la belleza de las matemáticas, en lugar de enseñarlas o imponerlas”. El estudioso se ha caracterizado en conjuntar las matemáticas con el arte, muestra de ello son las obras en las que ha colaborado con creadores, aplicando su uso en un ámbito estético.

Sus aportaciones han hecho énfasis en concebir las matemáticas como parte de la cultura cotidiana, una ciencia amplia que no solamente se queda en la investigación científica, sino como una actividad creativa que influye en la sociedad moderna como muy pocas. Por eso confiesa que uno de sus sueños es “que las matemáticas se acaben concibiendo en México como parte de la cultura y como parte de nuestra cultura; que seamos actores, creadores y no consumidores”.

Con una amplia trayectoria de más de 50 años como investigador y docente, resaltó que a diferencia de lo que generalmente se cree en México, las matemáticas son “una ciencia que se puede aplicar y que sirve para muchas cosas”.

Javier Bracho no es el primer matemático en entrar al Seminario de Cultura, le precedió Juan José Rivaud. Han sido los únicos matemáticos en ser invitados para formar parte de esta institución. Rivaud fue parte del grupo que impulsó en la década de los 80 la serie La Ciencia para todos, misma donde participó el investigador con la publicación de ¿En qué espacio vivimos?.

El investigador considera muy relevante el papel de la divulgación, porque de esta manera las personas pueden percibir “las matemáticas como parte del ser humano y una parte muy importante, no como algo ajeno. La investigación y la difusión con la docencia en medio como eje central de mi trabajo… La ciencia se desarrolla naturalmente en las universidades, las universidades son el principal promotor de lo que es el conocimiento”.

Su propuesta busca incorporar la producción del conocimiento científico como parte fundamental de la cultura y de la cotidianidad, alejándose de las enseñanzas dogmáticas y acercándose a la enseñanza que lleva de por medio una experiencia creativa y desemboca en la formación de mentes críticas.

En el terreno de la comunidad científica mexicana a la cual pertenece, vislumbra un futuro borroso, pero espera que “la ciencia tome el papel protagónico que debe tener y eso va más allá de las leyes, es la sociedad y la percepción que se tiene de la ciencia y de la importancia que tiene la ciencia”.

Espera que podamos transitar a un desarrollo integral y fuerte de la ciencia. Por lo mismo, se ha propuesto desarrollar material educativo para exponer esas matemáticas relegadas o desatendidas, aprovechando las herramientas del siglo XXI. Sus recientes trabajos se interesan en la geometría proyectiva y como ésta puede generar nuevas formas de presentar el material, por lo que intenta innovar en el arte de hacer libros.

Sobre su ingreso al Seminario de Cultura Mexicana, dijo que es un premio a su trabajo. “Es un reconocimiento de parte de una institución clave y seminal a las matemáticas como parte de la cultura”, manifestó.