Larga ha sido la lucha de las mujeres para destruir el mito inveterado de considerarlas inferiores al hombre, que se expresa en el brutal dicho de seres de “cabellos largos e ideas cortas”; que tiene raíces profundas como la sustentada en la Biblia: ya que Eva “fue formada de una costilla curva ...doblada en dirección contraria al hombre... (por) este defecto es un animal imperfecto”. Mito que acorralado se refugia en  consideraciones pseudo científicas como la de Spencer: tienen “un menor desarrollo de la razón abstracta”.

Este trabajo, desde el punto de vista masculino, no exento de prejuicios por vivir en una sociedad machista, pretende, apoyado en la historia de la ciencia en México, contribuir a desterrar el mito, aportando argumentos basados en la fructífera actividad de mujeres ejemplares que, desde hace más de 60 años, desarrollaron una intensa labor científica en los campos de las matemáticas, física y astronomía, supuestamente vedados para el sexo débil. No sólo incursionaron por las ciencias duras, sino que formaron a hombres y a mujeres, hoy muy destacados en tales disciplinas y, además, estas pioneras mexicanas “hicieron ciencia” con nuevas aportaciones.

Hace 60 años, el 30 de junio de 1943, fue fundada la Sociedad Matemática Mexicana en la Escuela Nacional de Ingenieros (Palacio de Minería) en donde se había creado la Facultad de Ciencias (1939) y sus antecedentes, así como el Instituto de Matemáticas (1942) y el de Física, ahí funcionaron muchos años. La Sociedad fue fundada por un grupo de soñadores encabezados por su primer presidente el Dr. Alfonso Nápoles Gándara y los doctores Manuel Sandoval Vallarta y Carlos Graef Fernández, el M. en C. Alberto

Barajas y el Ing. Francisco J. Álvarez. De los 131 fundadores sólo 5 eran mujeres; a ellas y a algunas de las que formaron parte de las Mesas Directivas está encaminado este trabajo.

Enriqueta González Baz
Paris Pishmish
Rita López de Llergo y Seoane
Sara Rodiles de Ayala
María Guadalupe Lomelí Cerezo
Patricia Saavedra Barrera

Nació en la Ciudad de México en la calle de Correo Mayor el 22 de septiembre de 1915. 

Realizó sus estudios de Secundaria en la Escuela número 8 de mujeres que tantos talentos ha producido. Una vez terminados sus estudios de secundaria, su padre Roberto González Baz, advirtió a sus hijas “que antes que nada deberían de ser mujeres” por lo que las envió a la Escuela Doméstica en donde recibieron cursos de primeros auxilios, cocina, puericultura, etc. durante dos años. Afortunadamente una de sus  maestras Elena Picaso de Murray, autora de libros de inglés donde muchos como yo nos iniciamos en el conocimiento de esta lengua en secundaria y preparatoria, les sugirió que entraran a estudiar a la preparatoria, ya que advirtió en las hermanas González Baz la capacidad suficiente para realizar estudios superiores, y no se equivocó.

Pero la joven Enriqueta no sólo se inscribió en la preparatoria nocturna que funcionaba en el antiguo Colegio de San Ildefonso sino que, simultáneamente, realizó estudios de maestra normalista obteniendo el título de profesora de primaria en la Escuela Nacional de Maestros, así como el de bachiller en ciencias físico matemáticas en la Escuela Nacional Preparatoria.

Está apenas en formación la carrera de matemático, en lo que hoy es la Facultad de Ciencias que entonces funcionaba en la Escuela Nacional de Ingenieros en el Palacio de Minería, cuando Enriqueta decide inscribirse y pertenece a una de las primeras generaciones, en grupos de tres o cuatro alumnos, en que las mujeres se distinguían por su dedicación y empeño, sobresaliendo por su capacidad, inteligencia y hermosura la joven González Baz. De tal suerte que no sólo fue la primera mujer matemática titulada en México sino seguramente de los primeros títulos de matemático expedidos por la UNAM.

Desafortunadamente no se tuvo el cuidado suficiente, para inscribir la nueva licenciatura en la Dirección General de Profesiones y la Secretaría de Educación Pública equiparó los estudios de matemático, con el de maestra de enseñanza de matemáticas para escuelas secundarias que se cursa en la Normal Superior, no reconociendo la profesión de matemática.

Su tesis profesional, fue relativa a Funciones especiales (Bessel, Gama y Legender) los sinodales de su examen fueron los muy notables científicos mexicanos, los doctores Manuel Sandoval Vallarta y Carlos Graef Fernández y el matemático Francisco Zubieta Rusi. Terminando la carrera realizó estudios de posgrado en el Bryn-Mawr College en Filadelfia, Pensilvania, en los EE.UU.

Fue investigadora del Instituto de Física, profesora de Matemáticas de la Facultad de Ciencias, de la Escuela Nacional Preparatoria planteles 1, 5 y 6, de la Escuela Normal Superior, de varias escuelas Secundarias, y maestra de Matemáticas Financieras en la carrera de actuario en la Facultad de Ciencias. Tradujo al español, un libro fundamental:

Topología del doctor Solomon Lefschetz


Fue una de las cinco mujeres fundadoras de la Sociedad Matemática Mexicana, ella, Marta Mejía y Luz María Barraza G. fueron estudiosas de tiempo completo de las matemáticas, las tres son recordadas como alumnas y profesoras distinguidas de Ciencias. La muy destacada maestra Enriqueta murió el 22 de diciembre de 2002.

 

Nació en Estambul, Turquía, aunque de origen armenio. Con las reformas Mustaflá Kamel se permitió a las mujeres estudiar, ella fue una de las primeras universitarias turcas, sin embargo su familia no vio con buenos ojos sus intenciones de cursar matemáticas, una carrera científica y negaron su permiso “ante la  idea de ver a su hija rodeada de hombres en las aulas”. Por fin accedieron “con la condición de que no trabajara en su profesión para ganar dinero” . Su licenciatura en matemáticas y astronomía clásica los desarrolló en la Facultad de Ciencias de Estambul (1930-33) y el doctorado bajo la tutoría de Erwin Fininley - Freudich y R. Von Mises (1934-37). Ambos científicos alemanes habían tenido, que salir de su patria perseguidos por el nazi-fascismo. El primero de ellos le dirigió su tesis doctoral en el área de dinámica galáctica, se doctoró en 1937. Con el apoyo de su tutor obtuvo una beca en 1938 para continuar sus estudios en la Universidad de Harvard donde conoció al joven mexicano Félix Recillas, becado en la misma Universidad, con quien contrajo matrimonio.

Paris llegó a México en 1942, un poco antes de la inauguración del observatorio astronómico de  Tonanzintla. Enrique Erro, promotor y fundador del observatorio, le había ofrecido en Harvard un trabajo en México y desde ese año se quedó en su nueva patria. De esta decisión dijo alguna vez Paris: “no me he arrepentido nunca”. En esa época ella era la única astrónoma profesional en México con estudios superiores en astrofísica. En 1944 regresa de Harvard, Guillermo Haro que había dejado las leyes por la astronomía, integrándose al flamante observatorio poblano. Los dos hicieron investigación científica de nivel  internacional y formaron la primera generación de astrónomos mexicanos profesionales después de Tonanzintla. En ese lugar realiza las primeras observaciones fotométricas de cúmulos estelares. “Pishmish y Haro fueron los pilares de la astronomía moderna mexicana” (Sahen Hacyan, Semblanza, www. astroscu.unam.mx pág.8). Permanece en Puebla hasta 1947. En 1948 es contratada como astrónomo investigador del Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya de la UNAM y en 1970 es nombrada Investigador Titular C.

Entre sus actividades docentes se pueden citar: en Estambul, en los liceos Gretonagem, matemáticas y astronomía; en el Americano, astronomía y en el Kandilli, matemáticas, entre 1933 y 1937; fotometría en el observatorio de Tonanzintla (1943) análisis vectorial y ecuaciones diferenciales en la Universidad de Puebla, astrofísica en el Observatorio de Tacubaya (1948-195l); astrofísica en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

La gran escritora Elena Poniatowsksa, que estuvo casada con el astrónomo Guillermo Haro, nos relata que el bungallow de Paris Pishmish en Tonanzintla era el único sembrado de flores, en todas partes flores, ventanas, muros, jaras. “Ella misma tenía mucho de flor: muy arreglada, muy coqueta, bañada por el agua de rocío”. Tocaba el piano y cantaba, le gustaba bailar y lo hacía muy bien, “era una mujer radiante” .

Alejandro Ruelas, uno de sus alumnos en la Facultad de Ciencias, la describe cómo una musa “dama amable, sabia y misteriosa” y relata cómo sus estudiantes se reunían en su salón para “oír, recibir y disfrutar el conocimiento que la Dra. Pishrnish nos trasmitía clase con clase”. En su primera conversación con ella para solicitarle que abriera un curso de astronomía, “ Me dijo que en realidad era la ciencia más bella que existía y que la vida más feliz que se puede vivir es aquélla dedicada a la astronomía” Le dirigió la tesis profesional y Ruelas inició como muchos otros la “aventura por el camino de la astronomía”.

Para el muy distinguido maestro Manuel Peimbert, con la doctora Pishinish se inició la astronomía moderna en nuestra Universidad y en el país y, si bien existía una sólida tradición astronómica en los observatorios mexicanos así como astrónomos profesionales, la doctora logró en 1955 que el estudio formal de la astronomía y la astrofísica fuese parte de la licenciatura de Física en la UNAM. “La inmensa mayoría de los investigadores del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional han sido sus alumnos, así como famosos científicos a nivel mundial”.

La doctora Pishmish hizo visitas de investigación, participó en coloquios, seminarios, conferencias destacando las de las Universidades de Estambul, Heidelberg, Ismir, Princenton y Ankara, los Institutos: Max-Planck de Radioastronomía y los Astrofísicos de Canarias, de Biurakan y el de París. Muy importante fue su labor como editora del Catálogo Astrofísico de Tacubaya, los Boletines de los observatorios de Tonanzintla y de Tacubaya, la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica y varias más.

Fue fundadora de la Sociedad Matemática Mexicana y de la Sociedad Mexicana de Física. Perteneció a la Unión Astronómica Internacional, a la Royal Astronomical Society (Inglaterra) a la Arnerican Astronomical Society y a la Academia Mexicana de la Investigación Científica. Recibió las siguientes distinciones en la
UNAM: investigadora emérita, doctora honoris causa, premio Universidad Nacional en docencia en Ciencias Exactas.

Paris Pishmish abrió el camino para muchas mujeres astrónomas mexicanas, de tal suerte que de los investigadores de este gremio, el 30 % son mujeres, cifra altísima, que le deben mucho al formidable
impulso pionero de Paris, éstas han realizado trabajos originales, a la par que los hombres, publicando en las principales revistas, varias de ellas como Gloria Koenigsberger y Sivia Torres han dirigido el Instituto de Astronomía y han destacado también Julieta Fierro, Deborah Dultzin y Margarita Rosado (las dos tesistas de la doctora Rosario Peniche). Cecilia Colomé, Ruth Gall, Miriam Peña, Erika Sohn, Irene Cruz González, Erika Benitez (nieta de Paris) y varias más. Hasta la edad de 98 años, nunca dejó de asistir a los  seminarios. Murió el primero de agosto de 1999.

Retomando a Elena Poniatowska: “En un país como el nuestro, en el que la ciencia no suele incluirse en la cultura, la doctora Paris Pishmish podría considerarse uno de los fenómenos celestes que logran transformar la materia en energía y unir al poeta y al físico en una sola inspiración, porque un enunciado y una ecuación pueden ser tan bellos y elegantes como una frase, un verso… y mostrar que el espíritu inventivo es también femenino y tiene el mismo poder lógico y alucinante de hacer hipótesis sobre las miles de galaxias, los miles de soles que giran en el espacio y en el tiempo”

Nació en la ciudad de México, D.F., el 26 agosto de 1905, egresó de la Escuela Nacional de Maestros, graduándose en mayo de 1922, obtiene el título de Maestra de Geografía en 1928 en la Facultad de
Filosofía y Letras (De acuerdo con la investigación de la maestra Irma Escamilla, éste es “revalidado” por el Consejo Universitario). Realiza el bachillerato en 1930 en Ciencias Físico Matemáticas en la Escuela Nacional Preparatoria. Entre octubre de 1931 y junio de 1932, el maestro Sotero Prieto reconocido profesor de los primeros matemáticos y físicos profesionales de México, imparte el curso de Historia de las Matemáticas en la Facultad de Filosofía y Letras, a ese curso asiste como única alumna mujer, la señorita López de Llergo (así llamada siempre) son sus compañeros Carlos Graef Fernández, Isidro Orozco, Carlos Martínez Becerril, Alberto Dovalí, Agustín Anfossi, Guillermo Enrique Shulz.

De la investigación realizada por la maestra Irma Escamilla del Instituto de Geografía de la UNAM se desprende que su labor docente fue muy amplia: Profesora de  Matemáticas en Escuelas Secundarias y la Escuela Nacional Preparatoria de 1930 a 1943 y de 1931 a 1934, respectivamente, de Geografía en Secundarias de 1928 a 1932, en la Escuela Normal Superior, de Cartografía 1942-1945 y de Geografía Regional 1945-1952 y en la Facultad de Ciencias impartió Geografía Física y Geología Dinámica en 1958 y de Climatología en 1962. Y relacionados con su labor académica los siguientes trabajos: Texto y cuaderno de trabajo para el cuarto año (1960) y para quinto año (1962) de Geografía para Primarias (1960). Dirección de la parte geográfica del Diccionario Histórico, Biográfico y Geográfico, editado por Porrúa Hermanos.

gráfico, editado por Porrúa Hermanos. El Instituto de Geografía de la UNAM fue fundado en 1938, sin
embargo en un principio estuvo principalmente ligado a la docencia, por lo que, en 1943, se reestructuró para que asumiera plenamente su función de investigación, para la que fue creado, en concordancia con los otros institutos, para esta tarea fue designada, por el entonces rector de la UNAM Alfonso Caso, la maestra Rita López de Llergo quien fue la primera mujer que ocupó el cargo de Directora de un Instituto en la Universidad.

“Puede considerársele como la fundadora de la dependencia, quien se dedicó a establecer y fortalecer relaciones con diversas instituciones y dependencias oficiales, nacionales e internacionales, así como darse a la tarea de aumentar la planta de personal, pero sobre todo, se abocó a promover y dar a conocer el trabajo geográfico desarrollado fundamentalmente en este período, a través del Comité coordinador de levantamiento de la carta de la República Mexicana”. Varios fueron los trabajos desarrollados durante su gestión, especialmente de índole cartográfico, requeridos en esa época y que han constituido algunos de los principales aportes a la Geografía Mexicana”.

Para la maestra Aurora Tovar, la “excelente matemática, geógrafa de gran rigor profesional y cartógrafa” López de Llergo fue formada dentro de severas y recias disciplinas científicas, coordinó la realización de numerosas cartas geográficas y fomentó la elaboración de cartas históricas y “formó con su saber a muchos geógrafos”.

Fue Directora del Instituto de 1943 a 1964, después de ella la han sucedido varias directoras. Impulsó las nuevas técnicas aerofotogramétricas para el levantamiento de cartas geográficas adquiriendo modernos equipos como el Estereoplanígrafo Zeiss.

Nació en la Ciudad de México el 10 de enero de 1919, la primaria, secundaria y preparatoria las cursó en el Colegio Luis G. León entre 1926 y 1937. Sus estudios profesionales en la Escuela Normal Superior, 1938 - 1940. Obtuvo el título de Maestra de Matemáticas en diciembre de 1940. También realizó estudios de Francés en la Alianza Francesa (1940 - 1942) para obtener el título de maestra de Francés acreditado por la propia Alianza y el Colegio Francés Mayorazgo. También tomó cursos de inglés y de alemán. Así como cursos de actualización de preparación pedagógica para profesores de Matemáticas de la Escuela Nacional Preparatoria, durante varios años, a partir de 1964 (cabe señalar que por asistir a esos cursos se nos
otorgaba una remuneración económica).

Su labor docente fue muy amplia, importante y fructífera varios de sus alumnos la recuerdan como una magnífica maestra con una gran vocación y amor por la docencia.

Entre 1941 y 1979, a lo largo de 38 años, fue profesora de Secundarias en el D.F. en las número 1, 6, 7, 8, 10, 11, 14, 16 y 18. También fue maestra de Matemáticas en los seis grados de la Escuela Nacional Preparatoria, planteles 1 y 2 de 1963 a 1980. En la Escuela de Enseñanza Superior José Vasconcelos, (1941- 1948) en los Colegios Luis G. León, (1935 - 1968) Francés Mayorazgo (1941 - 1949) y Anglo Español; también impartió la cátedra de Matemáticas en la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Iberoamericana.

Habiendo sido alumna aventajada del doctor Alfonso Nápoles Gándara, fundador de la Sociedad  Matemática Mexicana, éste la llamó en el período 1955 - 1957 y fue la primera mujer en formar parte de la Junta Directiva de la Sociedad con el cargo de Secretaría de Actas. Su labor fue ejemplar por su gran  eficiencia, diligencia y sentido de responsabilidad por lo que siempre gozó de aprecio y reconocimiento de los muy distinguidos matemáticos Alfonso Nápoles Gándara y Alberto Barajas, maestros de Maestros.

 

También participó en la Sociedad Mexicana de Física, en su Boletín de 1956 a 1967 y en las Sociedades Astronómica de México, de la que fue Secretaria, y en la de Amigos de la Agricultura y las Artes de la que fue Presidenta, fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias “Antonio Alzate” y de las Asociaciones de
Mujeres Intelectuales de América y la de Miniatiristas desde 1987 hasta 2001.

 

Coautora de libros de texto para Secundaria y Preparatoria y colaboradora en los Boletines de las  Sociedades de Matemáticas y de Física. Participó en los congresos de Matemáticas de Mérida, Monterrey, Culiacán, Veracruz, Morelia y San Luis Potosí, así como en los congresos de Física en Culiacán y  Monterrey en la asamblea conjunta de Matemáticas y Física de Monterrey.

 

Formó parte de la Comisión Organizadora del Centenario de la Escuela Nacional Preparatoria formando el catálogo del profesorado de Matemáticas de 1967 a 1971.

Recibió diversos reconocimientos por su labor académica. Murió el 7 de diciembre de 2001.

 

Mi agradecimiento a su hija la contadora Saribel Ayala Rodiles por la información que aquí aparece, que ella me proporcionó.

Nació en la Ciudad de México el 6 de noviembre de 1924, estudió el bachillerato de Ciencias Físico-Matemáticas en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM de 1941 a 1942 y la carrera de
Matemático de 1943 a 1946, en la Facultad de Ciencias ubicada en el Palacio de Minería. Obtuvo título de Matemático en 1950. “Entonces había muy pocos profesores y por eso me tardé en recibirme” Su director de tesis sobre estadística matemática fue el Dr. Roberto Vásquez. Gracias a una beca (assistantship) que implicó servir de ayudante de profesor, principalmente calificando tareas y exámenes a alumnos de college (profesional) pudo realizar su estudios en la Universidad del Estado de Iowa, donde obtuvo su maestría en ciencias (M.S.) con especialidad en Estadística. La beca la consiguió por las gestiones que a su favor hizo en varias universidades norteamericanas, “con sus colegas judíos” el doctor Solomon Lefschetz, profesor visitante del Instituto de Matemáticas. Al terminar la maestría decidió regresar a México y no continuar con el doctorado pues la estadística en nuestro país estaba muy poco desarrollada y difícilmente encontraría aplicación a lo que aprendiera.

En la conversación que tuve oportunidad de sostener con la maestra Lomelí, me platicó: en Minería donde estudió la carrera eran sólo cuatro alumnas regulares y las más jóvenes, sus compañeros varones fueron Anselmo Chargoy, que ya era abogado y Palafox que trabajaba en una compañía de seguros. Coincidiendo con lo que me expresó la maestra Manuela Garín, ellos se quejaban de que sus compañeras no faltaban a clases, hacían las tareas e incluso pudieron terminar más pronto la carrera y recibirse antes. Entre sus compañeras tuvo a una muy inteligente y estudiosa, Isabel Landázuri quien quiso hacer la carrera de  ingeniería química pero un profesor se empeñó en impedirlo y lo logró. Además, había la dificultad de
que no existían textos en español, sólo en inglés, este hecho y sus clases de esta lengua en la Secundaria 8 y en la Escuela Nacional Preparatoria le sirvieron para sus estudios de maestría en Iowa. En ese lugar hacía mucho frío y parte del dinero que le serviría para el pasaje de avión de regreso lo tuvo que gastar en ropa de invierno, después el rector de la UNAM le proporcionó los recursos económicos para su retorno.

Su labor docente en la Escuela Nacional Preparatoria la desarrolló como maestra de Matemáticas entre 1947 y 1953, el jefe de clases era el maestro Esteban Minor, quien al principio mostró cierta resistencia, todos los profesores eran en su mayoría ingenieros de la Universidad o militares, “después estuvo  encantado con las matemáticas de Ciencia”.

Posteriormente fue profesora de Introducción a la Estadística en la Facultad de Ciencias y de Diseño de Experimentos en el Postgrado de la Facultad de Ingeniería, asimismo de Muestreo en la Universidad Central de Venezuela y en varios Centros de Capacitación en estadísticas agropecuarias de la FAO en diversos países.

De 1954 a 1960 fue investigadora del Instituto de Matemáticas de la UNAM, su Director Alfonso Nápoles Gándara “tuvo que consultar con los demás investigadores para obtener su consentimiento para que ingresara una mujer”. Lo cual, yo considero que no fue tan difícil dado que el número de matemáticos en ese momento era muy pequeño y las tituladas en la Facultad de Ciencias, en su mayoría, mujeres. La maestra Lomelí se convirtió en la primera investigadora mujer que ingresó al Instituto de Matemáticas. En el sector público se desempeñó como “estadístico” 1954 – 1958 (1a maestra Lomelí en su currículum. utiliza el adjetivo masculino en todos sus cargos: profesor, investigador, jefe, etc.) y posteriormente Jefe del Departamento de Análisis Estadístico y Muestreo en la Dirección General de Estadística Muestreo. A nivel internacional
su labor también ha sido muy fecunda, en estadísticas agrícolas principalmente, como asesor, experto, estadístico en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Guatemala, Venezuela, Colombia, Chile, Roma, Guyana y Sri Lanka.

En las Juntas Directivas de la Sociedad Matemática Mexicana en los periodos 1957-59 y 19961-63 participó como Vocal y como Secretaria de Actas, respectivamente. Donde las mujeres trabajaban mucho, principalmente en la elaboración del Boletín de la Sociedad y en las actas de las reuniones. La maestra Lomelí no estaba de acuerdo en que los artículos que se publicaban eran, en muchos casos de profesores de universidades extranjeras que habían sido los maestros de los primeros investigadores matemáticos mexicanos que estudiaron maestrías y doctorados en EE. UU. “Las investigaciones matemáticas  nacionales, en ese momento, difícilmente podían ser nuevas y originales”.

{tab Manuela Garín Pinillos}

 

De padres españoles nació en la isla de Cuba, su madre era ama de casa y su padre fue ingeniero de minas. Éste trabajaba con una compañía norteamericana, en el extremo occidental de la isla, en una
mina “en medio de la nada y sin escuela en los alrededores”, por lo que sus padres fueron sus profesores de primaria, hasta el quinto año en que la familia se mudó a Pinar del Río donde terminó la primaria e inició la secundaria. En 1932 el dictador Machado ejercía la violencia y la represión contra el pueblo cubano por lo que “nos metimos a protestar, pero Machado nos respondía matando gente” afirmó Manuela (en una conversación publicada en la Carta Informativa de la Sociedad Matemática Mexicana de la cual he tomado gran parte de esta semblanza.). Ante esta situación la familia se marcha de Cuba hacia México pensando que dada la cercanía cuando cayera la dictadura podrían regresar. “Pero nunca volvimos, yo no sabía que la vida me tenía deparado otro destino” .

 

En México ingresa al Colegio Motolinía, que era una escuela de monjas “bastante liberales”. Con algunas dificultades burocráticas, puede ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria al bachillerato de Ciencias Químicas, donde la mayoría eran mujeres, su mamá decía que la ingeniería no era para mujeres y quería que estudiara para farmacéutica, lo que a Manuela no le entusiasmaba en absoluto. Nápoles Gándara y Graef Fernández fueron sus maestros de Matemáticas, ella comenta: “con tales profesores se definió más mi vocación. Graef era un hombre simpático, muy buen maestro y un hombre de gran calidad humana; sus risas en el primer patio se oían hasta el tercer patio de la preparatoria”.

Por otra parte, en reciente conversación con la maestra Manuela, me platicó que don Alfonso Nápoles en la preparatoria la animó a que estudiara Matemáticas, mientras pasaba lista el profesor, ella hacía la tarea y podía siempre entregársela, por esto y seguramente porque era buena alumna, agrego yo, él la consideró como una buena candidata a ingresar a la recién creada carrera de matemático, y el maestro Nápoles, no se equivocó.

 

A pesar de que había un acuerdo del Consejo Universitario en el sentido de que los alumnos del bachillerato de Ciencias Químicas podían ingresar a Ciencias sin tener el bachillerato de físico- matemáticas, había dos señoritas (Pimentel y Cuéllar) en Rectoría que no querían aceptar la inscripción de la señorita Garín, para lograrlo tuvo que intervenir el director de la Escuela de Ciencias Físico Matemática el Ing. Ricardo Monges López otro “gran impulsor y promotor del desarrollo de las ciencias” (especialmente de la geofísica y la geología y de sus institutos de los que fue director, 1949 y 1946, respectivamente).

 

La escuela y la facultad de ciencias, los institutos de Matemáticas y de Física, y las Sociedades de Matemáticas y de Física fueron “hijas adoptivas” de la Escuela Nacional de Ingenieros; así la Srita.
Garín ingresó a la carrera en 1937. En el Palacio de Minería, Tacuba 5 “teníamos clase en un rinconcito que había al lado de la escalera. Estaba el pizarrón, el lugar del maestro y 4 asientos. No cabía más”. Sus compañeros fueron Enriqueta González Baz, Félix Recillas y un ingeniero metalúrgico de apellido Gal. No había todavía un plan de estudios bien definido “cada quien llevaba las materias que quería” pero su generación fue la primera que siguió un plan estructurado y seriado.

 

Recillas era muy inteligente, pero por razones económicas tuvo que abandonar la carrera el primer año (después regresó y ha sido un matemático distinguido) y a Gal tuvieron que pedirle que se inscribiera aunque no asistiera, pues eran necesarios cuando menos tres alumnos para abrir los grupos. Sus  compañeros Guido Munsh, Francisco Zubieta y Enrique Valle Flores, que estaban antes que ella, les hacían mucha burla “por ser tan cumplidas y ordenadas”. No teníamos libros donde estudiar y había que solicitarlos a los EE. UU. Graef, que era nuestro profesor de Geometría, se fue becado a Harvard y hubo que pedirle que mandara las calificaciones y nos puso 10 a todos, incluyendo a la secretaria solicitante. El ingeniero Marianito Hernández les daría Probabilidades y les confesó que como no conocía la materia, iba estudiar junto con sus alumnos, “Y nos dio un curso precioso”.

Al terminar su carrera, Manuela se casó y se fue al norte, por lo que no estuvo en la fundación de la Sociedad Matemática Mexicana en 1943. Su viaje retrasó su tesis. Cada vez que venía a la ciudad de México cambiaban los criterios e, incluso le pidieron “un trabajo original”. El gran científico e investigador visitante de la UNAM George David Birkhoff le dio una vez unos problemas para que trabajara con ellos, pero no fue hasta unos años después cuando se tituló con una tesis sobre probabilidades dirigida por el M. en C. Remigio Valdez. Nuevamente, al tratar de obtener su título profesional se enfrentó a la burocracia universitaria con la señoritas de Rectoría citadas, pues Manuela Garín Pinillos no existía, ya que carecía de acta de nacimiento al abandonar Cuba no pudo sacar todos los documentos personales. Afortunadamente este obstáculo fue vencido.

 

La matemática Garín de Álvarez fue miembro de la Directiva de la S.M.M. durante los períodos 1957-59, 1961-63 y 1967- 69 ocupando los cargos de Secretaria de Actas en el primero y tercero y vocal en el segundo. Y fue la responsable de organizar los congresos de Matemáticas en Hermosillo en 1966 y de Guadalajara en 1969. Por primera vez participó en un congreso científico de Física en Toluca en el Instituto Científico y Literario, cuyo director era Adolfo López Mateos, en el que presentó una ponencia sobre el
Espacio Mikowsky de 4 dimensiones.

 

 

Manuela Garín de Álvarez ha dedicado lo mejor de su vida a la enseñanza de las Matemáticas a los jóvenes universitarios con entrega, pasión, cariño y responsabilidad, aunque nunca fue directamente mi maestra, siempre la he admirado y la he considerado como tal. Sus primeras clases las dio en Preparatoria, después en el Tecnológico de Monterrey durante 4 o 5 años. En 1951 empezó a dar clases en Ingeniería y en 1952 en la Facultad de Ciencias. En Ingeniería se jubiló en 1979 pero regresó en 1982 y por fin se retiró en 1992, a pesar de que al principio no eran bien vistos los matemáticos de Ciencias por ser muy teóricos. En 1989 fue declarada profesora Emérita de la Facultad de Ingeniería de la UNAM con la aprobación de más del 80% del profesorado y aún algunos que no se enteraron de la propuesta le manifestaron su apoyo y reconocimiento. También cuenta, entre sus grandes aportaciones académicas, la formación de profesores de ingeniería de la Universidad de Yucatán, para abrir la licenciatura en Matemáticas. Y de manera muy destacada la organización y creación (de lo que se siente muy orgullosa, con toda razón) de la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de Sonora con programas de fisicomatemáticas y letras. En esta ocasión contó con el apoyo del rector Ignacio Chávez, quien la comisionó a Sonora.

 

Ha habido un motivo más de admiración de mi parte para mi maestra Manuela, su participación desde joven en su lucha por las mejores causas de la humanidad, su enfrentamiento con la dictadura de Machado, su apoyo a la República Española, la defensa de la expropiación petrolera del general Cárdenas y varios años después, cuando yo la conocí en 1954, como joven y entusiasta profesora democrática de la entonces muy conservadora Facultad de Ingeniería, por su muy destacada heróica participación en el movimiento de 1968 y su presencia en posteriores movimientos democráticos, en mítines y manifestaciones donde con frecuencia se la encontraba.

Su preocupación por los problemas sociales y su gran vocación matemática, se pone de manifiesto en estas palabras “Lástima que no todo mundo tenga una carrera universitaria, porque te da otra forma de pensar. No se trata de que la gente sólo absorba información, sino que sepa ver las cosas y analizarlas. Para eso las matemáticas son esenciales, es lo fundamental para entrenarte en los procesos lógicos. ¡Qué bueno que todo el mundo fuera matemático!”

 

La maestra Manuela es motivo de orgullo, un ejemplo a seguir y
un contundente mentís a la supuesta inferioridad femenina.

 

Nació en la ciudad de México el 1 de mayo de 1953, es matemática egresada de la Facultad de Ciencias (1971-1975) y del doctorado de la Universidad de París VI (1978-1983). Su campo de trabajo es el análisis numérico aplicado a la solución de ecuaciones diferenciales en derivadas parciales y modelación  matemática en finanzas. Desde 1974 labora en la UAM-Iztapalapa donde es profesora de tiempo
completo a nivel licenciatura y posgrado. Ha dirigido varias tesis de maestría y fue editora de un libro sobre la matemática Sofia Kovalevskaia. Ha sido profesora invitada de la Universidad de Minnesota. Pertenece a una nueva generación de matemáticas profesionales. La SMM sólo ha tenido dos mujeres presidentas en sus 60 años. Patricia Saavedra fue la segunda (1996-1998). La primera fue la Dra. Zenaida Ramos (1977-1979).

Entre las fundadoras de la Sociedad, no se pudo obtener suficiente información de las matemáticas Marta Mejía de Valle y Luz María Barraza G. Tampoco se localizaron datos de la primera mujer Presidenta, de la Sociedad Dra. Zenaida Ramos Zúñiga. Se tendrá que investigar más.

Afortunadamente muchas matemáticas mujeres, a pesar de intolerancia, fanatismo, ignorancia y misoginia han podido vencer múltiples obstáculos y continuar por el camino luminoso trazado por estas pioneras, llegando a ser magníficas matemáticas y científicas, brillando con luz propia, igualando y aún superando a los varones que hemos perdido la exclusividad y preeminencia en todos los campos de la cultura humana, en su acepción más amplia...


Carta Informativa Sociedad Matemática Mexicana, Octubre 2003

Porfirio García de León Campero
Profesor de la FFYL y de la Preparatoria 8, U.N.A.M.
Sociedad Matemática Mexicana
Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia
y de la Tecnología