Hugo Arizmendi Peimbert
Instituto de Matem´aticas, UNAM
Quiero dirigir unas cuantas palabras acerca de la labor como matemático y lógico de mi entrañable amigo Gonzalo Zubieta, y de su
presencia dentro del grupo de los matemáticos que han dejado una enorme huella en nuestro medio. Entre ellos puedo mencionar a Guillermo Torres, Roberto Vázquez, Humberto Cárdenas, Emilio Lluis, Fálix Recillas y un largo etcétera. Varios de ellos hicieron su doctorado en la Universidad de Princeton, eso los benefició y contribuyó a que se desarrollaran varias de las ramas de las matemáticas en México con bastante rapidez.
Y es que Gonzalo Zubieta tuvo, desde el inicio de sus estudios, una natural inclinación hacia la lógica matemática. Como prueba de ello,
en 1942 asistió a un seminario dirigido por Carlos Graef, basado en un libro de Hilbert y Ackerman sobre los fundamentos de la lógica teórica, seminario que muy seguramente marcó el rumbo de su carrera como investigador. A principios de 1950 presentó como tesis profesional un trabajo que contenía una prueba rigurosa del teorema de completitud de la lógica de primer orden de Gödel. Este trabajo tuvo un resonancia internacional, ya que Robert Feys, conocido lógico de la universidad de Lovaina, presentó un comentario sobre él en el Journal of Symbolic Logic.
Tiempo después sería ayudante del investigador Alonzo Church en 1953 en Princeton. Gonzalo continuó su estancia en EUA por mas de
una decena de años. Ahí trabajó sobre lógica algebraica en la universidad de Chicago con el profesor Paul Halmos, de fama universal por sus contribuciones a la teoría de la medida, y en la Universidad de Berkeley, California, con Alfred Tarski, otro gigante de la lógica.
En 1963 Gonzalo Zubieta regresaría a México e ingresaría al Instituto de Matemáticas, pero sería un profesor de enorme presencia en
la Facultad de Ciencias. Prueba de ello es que en 1992 se le otorgó el Premio Universidad Nacional, en el área de Ciencias Exactas, por su
larga trayectoria como investigador y profesor en la UNAM.
A lo largo de su carrera, Gonzalo siempre estuvo convencido de que el fracaso de los estudiantes con las matemáticas se debía a su desconocimiento del pensamiento lógico, este es realmente necesario para entender los conceptos y establecer relaciones. Por esta razón, Gonzalo se abocó a la tarea de ayudar a construir tal razonamiento en los alumnos, y dio numerosos cursos de esta materia en la Facultad de Ciencias, la Facultad de Contaduríaa, la Preparatoria Nacional, el CCH, la Universidad Veracruzana y muchas otras instituciones. Nunca cejó en ese esfuerzo y continuó con esa clases por muchos años. También escribió un magnífico libro al respecto: Manual de lógica para estudiantes de matemnáticas.
En mi opinión, Gonzalo no se equivocaba: la tarea de difundir el conocimiento de la lógica en los distintos niveles de la educación superior es tan importante como la investigación teórica, ya que de esta manera se cambia por completo la manera de pensar de los alumnos,
así como su actitud frente a la matemáticas. Gonzalo tuvo el don de ejercer con gran maestría el arte de investigar, así como el de comunicar eficazmente la lógica a un enorme grupo de estudiantes.
Quizás como una dinastía a la que pertenecía Gonzalo, la familia Zubieta se ha distinguido por su amor a las Matemáticas: primero los
hermanos Luis, Francisco y Gonzalo, luego los hijos y ahora los nietos. Recordando ese cariño por las matemáticas que siempre mostró, para mí es una gran satisfacción haber gozado de la amistad de Gonzalo, y de haberlo acompañado por un amplio periodo de nuestras vidas.
(De Miscelánea Matemática https://miscelaneamatematica.org/download/tbl_articulos.pdf2.90d5987391cb0d4d.373430322e706466.pdf )