En vísperas de que el Dr. Seibert partiera de México con tristeza le pregunté: Seibert: ¿cuándo lo volveré a ver?, a lo que respondió: "mis órbitas no son cerradas. Me hace feliz que usted se haya equivocado en ese teorema, resultó falso y además me alegro que en su sistema dinámico personal la ciudad de México haya resultado un atractor estable".