José Adem

José Adem Chahín
Se especializó en la topología algebraica.
Fórmulas universales
Descubrió fórmulas universales conocidas como Relaciones de Adem en el campo de la topología
Colegio Nacional
Fue miembro del Colegio Nacional desde 1960.
Investigador
Del Instituto de Matemáticas de la UNAM y Instituto Nacional de Investigación Científica
Fundador
Fundó el Departamento de Matemáticas del Cinvestav (1961) y Miembro fundador de la Academia de la Investigación Científica

José Adem Chaín

Se especializó en la topología algebraica. Descubrió fórmulas universales conocidas como Relaciones de Adem; definió y usó por primera vez las Operaciones secundarias; hizo importantes aportaciones al Problema de inmersión y al Problema de Hurwitz-Random. Fundó el Departamento de Matemáticas del Cinvestav (1961). Fue investigador del Instituto Nacional de Investigación Científica y del Instituto de Matemáticas de la UNAM. Obtuvo el Premio Nacional de Ciencias en 1967.

 

El 14 de junio de 1960 José Adem se incorporó a El Colegio Nacional, institución pública dedicada a la difusión de la cultura científica, artística y humanística. Pronunció el siguiente discurso de admisión sobre la historia del movimiento matemático en México, que fue impreso como folleto por El Colegio Nacional en 2012.

José Adem Chaín: Discurso de ingreso a El Colegio Nacional (14 de junio de 1960).

Una historia del movimiento matemático en México hasta 1960.

Llego hoy con profunda emoción a esta Casa acogedora. Mi elección como Miembro del Colegio Nacional ha sido la más grata y profunda de las sorpresas. Sorpresa no sólo para mí, sino también para mis colegas matemáticos, con quienes he estado tan activa y fructíferamente vinculado en los últimos años. La naturaleza de nuestro trabajo aparentemente cierra algunas puertas más accesibles a otros especialistas, pero ello no quiere decir que no exista entre nosotros un decidido interés por todo lo relacionado con la cultura en general y el desarrollo de nuestro país. Tomo el gran honor que ahora se me otorga como un premio y un estímulo para el equipo de trabajadores científicos del que formo parte.

Mi admisión en el Colegio Nacional significa, de este modo, no tanto un premio otorgado al trabajo de una persona individual; más bien, representa el reconocimiento obtenido por el trabajo arduo, perseverante y silencioso de los matemáticos surgidos en México en las últimas décadas.

Al expresar mi agradecimiento por la alta distinción que me ha sido otorgada, no lo hago a título personal; Lo hago en nombre de mis colegas, a quienes tanto debo y con quienes identifico no sólo el propósito de hacer avanzar el aporte matemático mexicano, sino también el de intervenir con todas nuestras fuerzas y entusiasmo por el progreso de la ciencia en nuestro país. .

Esta noche me siento un poco como pez fuera del agua. Si me permitieran operar en mi propio medio, preferiría usar la pizarra y expresar en el peculiar lenguaje del matemático algunas de las ideas o temas en los que trabajo. Pero considero que, aunque esto fuera más fácil para mí, crearía ciertas dificultades evidentes dentro de un público no especializado. Permítanme entonces salir de mi propio entorno e intentar hacer una historia sucinta e incompleta del movimiento matemático en nuestro país.

La estructura actual de la Universidad Nacional, como es bien sabido, fue iniciada por Justo Sierra en 1910. En ese mismo año fundó la Escuela de Estudios Avanzados, con el fin de brindar educación superior en ciencias y artes a egresados de bachillerato y profesionales. Las tendencias dominantes en aquella época lo encaminaron hacia la filosofía, las letras y la biología.

En esos años y hasta 1932, las actividades matemáticas se redujeron a la docencia, principalmente, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Ingenieros.

De esta época, el profesor más destacado es sin duda Sotero Prieto, un matemático autodidacta de gran talento que logró despertar en un grupo de profesores y estudiantes una gran preocupación y entusiasmo por la investigación y el estudio de las matemáticas superiores, en un ambiente hasta entonces desfavorable para su desarrollo.

No se impartieron clases superiores de matemáticas y, como casos excepcionales, podemos mencionar una conferencia sobre Funciones Analíticas, en 1912, y un curso de invierno sobre Geometría Cinemática y Relatividad, en 1924, ofrecido por Sotero Prieto en la Escuela de Estudios Avanzados.

Existía una gran confusión sobre las tendencias de las matemáticas contemporáneas, se ignoraba la existencia de revistas especializadas o, simplemente, su nivel era demasiado alto como para que hubiera interés por ellas. Hurgaba desesperadamente entre libros, intentando encontrar un camino hasta la cima y le parecía inaccesible, dando la impresión de necesitar esfuerzos sobrehumanos para llegar a ella. Era el muro insuperable de la producción matemática de varios siglos, a través del cual se trataba de recorrer caminos accidentados, tomados al azar. Faltaban guías de orientación que indicaran los atajos rápidos que conducen rápidamente a la frontera del conocimiento.

Uno de los colegas más entusiastas de Sotero Prieto fue Alfonso Nápoles Gándara, quien en 1920 se inició como profesor de matemáticas. Diez años después, en 1930, es elegido, junto con Arturo Rosenblueth, como uno de los dos primeros becarios de la Fundación Guggenheim en América Latina.

Muy impresionado por la gran cantidad de cursos innovadores que encontró en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y en la Universidad de Harvard, muchos de ellos nunca antes estudiados en México, Nápoles Gándara se propuso como objetivo aprender la mayor cantidad de materias posible para acercarlos. a nuestro país. En tan sólo 18 meses y a través de un esfuerzo extraordinario, logró interiorizarse en una gran cantidad de temas, entre ellos el Análisis Matemático, la Geometría Diferencial, el Cálculo Tensorial, las Series de Fourier y la Teoría de Funciones.

Las conferencias que impartió a su regreso se convirtieron en la base principal para la formación de un grupo de jóvenes profesores de matemáticas superiores que luego constituirían la facultad físico-matemática de nuestra Facultad de Ciencias.


El esfuerzo de Nápoles Gándara no cayó en el vacío. En la Universidad Nacional Autónoma de México, y gracias a la gran visión cultural de uno de los miembros fundadores del Colegio Nacional, el Maestro Antonio Caso, se fundó en 1932 la Sección de Ciencias dentro de la Facultad de Filosofía y Letras, Sección de Ciencias que funcionó durante tres años, y donde las clases de Mecánica Racional e Historia de las Matemáticas fueron impartidas por Sotero Prieto, Introducción al Análisis Matemático y Geometría Diferencial por Nápoles Gándara, e Introducción a la Física Teórica por Alfredo Baños, Jr. Estos fueron los primeros cursos superiores de Matemáticas que se impartieron. ofrecerse periódicamente.

En 1935 se crea la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, como se llamaba entonces, integrada por las siguientes tres secciones: la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Escuela Nacional de Ingenieros y la Escuela Nacional de Ciencias Químicas. En la Facultad de Ciencias se ofrecieron estudios conducentes a la obtención de títulos de profesores de ciencias y títulos de maestría en Física y Matemáticas. De esta manera, vinculada a las necesidades de las Facultades de Ingeniería y Química, funcionó durante cuatro años la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.

Una vez más fue Antonio Caso quien insistió en la necesidad de reconocer la importancia intrínseca de los estudios puros en las distintas ramas de la ciencia. En un discurso que pronunció el 12 de octubre de 1938, en el Anfiteatro Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria, dijo que era una vergüenza que la Universidad Nacional de México no tuviera Facultad de Ciencias. Fue en parte gracias a sus críticas que, a finales de 1938, se creó en nuestra Universidad la Facultad de Ciencias, la cual comenzó a funcionar en 1939 con la estructura que tiene actualmente: Departamento de Matemáticas, Departamento de Física y Departamento de Biología.

Paralelamente a la docencia, se comenzó a organizar la investigación cuando en 1932, y por iniciativa de un grupo encabezado por Sotera Prieto, Nápoles Gándara, Jorge Quijano y Mariano Hernández, se formó la Sección de Matemáticas y Física Teórica en la Academia Nacional de Ciencias Antonio Alzate. Ciencias. Las sesiones semanales que se realizaron durante varios años fueron uno de los primeros estímulos que recibió la investigación matemática en México. En este seminario matemático participaron varios profesores, así como un grupo de distinguidos alumnos de Sotera Prieto y Nápoles Gándara.

Manuel Sandoval Vallarta, el primer físico mexicano que logró ganarse un nombre científico en el extranjero, entonces profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, fue consejero y participante activo del Seminario Alzate cada verano. Fue en este seminario, en 1934, donde por primera vez en México un matemático extranjero, Dirk J. Struik, también del Instituto Tecnológico de Massachusetts, fue invitado a desarrollar una serie de conferencias sobre matemáticas modernas.

En 1935, la muerte de Sotera Prieto sorprendió dolorosamente a sus compañeros y alumnos. Su semilla sabiamente plantada había germinado, el árbol comenzaba a florecer, el progreso no se podía detener. En 1939, al fundarse la Facultad de Ciencias, el Instituto de Física y posteriormente el Instituto de Matemáticas, las obras del antiguo Seminario de Alzate fueron trasladadas a estas nuevas instituciones.

Fue en esta época que Luis Enrique Erro, fundador del Observatorio Astrofísico de Tonantzintla, se destacó como un gran impulsor de la ciencia en México. Para inaugurar el Observatorio organizó el Congreso Internacional de Astrofísica que se celebró en Tonantzintla, Puebla, el 16 de febrero de 1942. En este evento participaron, además de especialistas mexicanos, un gran número de científicos extranjeros de primer nivel. Este Congreso produjo grandes beneficios en nuestro entorno científico. El recién creado Instituto de Matemáticas recibió la simpatía, apoyo y ayuda de varios de los asistentes al Congreso. En este sentido, merecen una mención especial G D Birkhoff y H Shapley.

Inspirándose en el Congreso de Astrofísica, los miembros del Instituto de Matemáticas organizaron, con gran éxito, el Primer Congreso Nacional de Matemáticas, celebrado en la ciudad de Saltillo en noviembre de 1942.

Una de las propuestas del Congreso de Saltillo fue la siguiente:
El Primer Congreso Nacional de Matemáticas aprueba por unanimidad la creación de la Sociedad Matemática Mexicana, con los propósitos principales de mantener el interés por la investigación matemática y buscar la unión y cooperación de profesores de ciencias exactas, y de profesionales e intelectuales mexicanos, para lograr el progreso de esta ciencia en nuestro país.
Poco después, en la Ciudad de México, el 30 de junio de 1943, se fundó la Sociedad Matemática Mexicana, compuesta inicialmente por 131 miembros fundadores.

Desde su fundación, la Sociedad se ha preocupado por mejorar y modernizar la enseñanza de las matemáticas en nuestro país, la cual aún hoy es deficiente, principalmente en las escuelas primarias, secundarias y preparatorias.


Con el doble propósito de estimular el interés por la investigación y tratar de elevar el nivel científico de las universidades provinciales, la Sociedad ha organizado asambleas y congresos, como los realizados en Cuernavaca, Guanajuato, Toluca, Guadalajara, Monterrey, Veracruz, San Luis Potosí, Hermosillo. , Oaxaca, Jalapa y Mexicali.

La Sociedad mantiene dos publicaciones periódicas: la Revista Matemática, dedicada a la difusión y diseminación de ideas matemáticas, y el Boletín de la Sociedad Matemática Mexicana, dedicado a la publicación de trabajos de investigación.

En 1960, con apenas 18 años de funcionamiento, por su parte, el Instituto de Matemáticas ha logrado organizar y dirigir, de manera profesional, la investigación matemática en nuestro país. Su equipo de investigadores cubre actualmente un amplio frente matemático, como el integrado por la lógica matemática, la geometría algebraica, la topología, el análisis, la geometría diferencial, las ecuaciones diferenciales, las probabilidades y la estadística.

Se ha creado una biblioteca especializada, indispensable para el investigador, con cerca de 5.000 volúmenes de trabajos matemáticos y varias colecciones completas de revistas. Además, periódicamente se reciben revistas publicadas por otros centros de investigación.

Los trabajos de investigación realizados por los miembros del Instituto han sido publicados en el Boletín de la Sociedad Matemática Mexicana y en varias revistas extranjeras. Algunos de los investigadores han logrado realizar trabajos muy importantes, contribuyendo notablemente al progreso de las matemáticas contemporáneas.

Labor altamente meritoria del Instituto fue la organización de dos eventos científicos de primera magnitud, celebrados en la Ciudad Universitaria: el Simposio Internacional de Topología Algebraica, que tuvo lugar en agosto de 1956, y el Simposio Internacional de Ecuaciones Diferenciales Ordinarias, que tuvo lugar en septiembre de 1959. Ambos hechos tuvieron gran repercusión y participaron los más destacados especialistas extranjeros, junto con los investigadores mexicanos.

Gracias a los programas de intercambio cultural con el Gobierno de Francia y el Gobierno de Estados Unidos, cada verano el Instituto recibe visitas de distinguidos matemáticos de estos países.

Así, en 1944 llegó a México el eminente matemático Solomon Lefschetz, de la Universidad de Princeton. Entusiasmado con la idea de crear un importante centro de investigación en nuestro país, Lefschetz ha sido desde entonces un gran impulsor de las matemáticas en México. Se jubiló de la Universidad de Princeton en 1954 y, dejando de lado ofertas de muchas otras universidades, ingresó a nuestro Instituto de Matemáticas como uno de sus investigadores.

Lefschetz es responsable, en gran parte, de la formación de varios investigadores del Instituto. Algunos de ellos iniciaron sus investigaciones bajo su dirección, otros fueron enviados, gracias a sus esfuerzos, a importantes centros donde realizaron sus estudios de investigación. Es difícil encontrar en México un joven investigador que no haya recibido su generosa ayuda. Obviamente soy uno de los beneficiarios.

Si bien inicié mis estudios profesionales en la Escuela Nacional de Ingenieros, fue en las cátedras del maestro Alfonso Nápoles Gándara donde descubrí mi verdadera vocación. De esta manera, cuando terminé mis estudios en la Facultad de Ciencias en 1945, asistí durante varios años a los cursos y seminarios de posgrado que se ofrecían en aquella época. Recuerdo la gran influencia que tuvieron en mi formación los cursos de Roberto Vázquez, el seminario de Topología organizado por Vázquez y Recillas, el seminario de Álgebra moderna de Enrique Valle y el seminario de Lógica Matemática de Francisco Zubieta.

Durante la visita que Lefschetz hizo al Instituto en el verano de 1949, le comuniqué mi deseo de ir al extranjero para realizar mi doctorado. Días después de su regreso a Estados Unidos, recibí una oferta de la Universidad de Princeton, la cual acepté de inmediato.
En septiembre de ese mismo año, a mi llegada a Princeton, comencé mis investigaciones en topología algebraica bajo la dirección de N E Steenrod. La preparación que hubo en México fue satisfactoria.

Los grandes avances logrados en los últimos 20 años son indiscutibles. El aficionado a las matemáticas ha sido sustituido por el investigador profesional. Pero aún estamos lejos del objetivo final: formar en México uno de los principales centros de investigación matemática que irradie su influencia benéfica a todas las demás ramas de la ciencia, la tecnología y la educación. Ese es el esfuerzo en el que estamos comprometidos.

(De https://mathshistory.st-andrews.ac.uk/Extras/Adem_speech/ )

Pensamientos de José Adem

Indudablemente, las matemáticas representan una de las creaciones más originales del espíritu humano.


José Adem