Carlos Ímaz Jahnke fue un polemista agudo y mordaz
In Memoriam Carlos Ímaz (1932-2010).
Ricardo Cantoral / Profesor del Departamento de Matemática Educativa
Carlos fue para mí un ser humano de múltiples roles: un maestro, un amigo, un colega, un cómplice, un consejero, un crítico, un faro, un ser humano generoso ... aún recuerdo nuestras grandes charlas sobre matemáticas, ciencia, sociedad, política o la vida ... que terminaban con la célebre cuestión ¿cómo ves? Ahora preguntaré al viento y el viento soplará...
Ricardo Cantoral
El profesor Carlos Ímaz Jahnke (1932-2010) fue un académico singular, sumamente destacado. Durante su vida le caracterizó una profunda visión analítica, tanto del campo profesional que esmeradamente cultivó, como del ámbito propiamente personal. Quienes convivimos con él en ambas facetas, sabemos de su particular agudeza al desmenuzar problemas y encontrar soluciones, ya sea ante cuestiones puramente matemáticas o bien de naturaleza educativa o social.
En su última etapa de vida académica, como Profesor Emérito del Cinvestav, en el Departamento de Matemática Educativa, fue un sabio consejero para el mantenimiento de equilibrios institucionales y para el crecimiento y desarrollo disciplinar.
El doctor Ímaz fue, sin duda alguna, un innovador, un visionario que no sólo condujo a la creación de la Sección de Matemática Educativa por la ruta correcta, sino que participó en la fundación del Departamento de Matemáticas del Cinvestav; abrió además, para la comunidad matemática, un campo académico de investigación científica con profundo impacto social: la matemática educativa.
En el mismo tono fundacional de su quehacer, su trabajo ayudó a la creación de instituciones para la nación: coordinó al grupo de matemáticas en el estudio y proyecto de los colegios nacionales de Ciencias y Humanidades, entre 1970 y 1971; dirigió el área de matemáticas de los libros de texto gratuito de la SEP, de 1972 a 1976; de 1978 a 1980, fue secretario académico de la Universidad Autónoma de Guerrero, desde donde apoyó la fundación de la maestría en Matemática Educativa.
Entre mayo de 1981 y abril de 1982, fue coordinador de la maestría de Educación Matemática de la Unidad Académica del Ciclo Profesional y de Posgrado del CCH de la UNAM; coordinó al grupo de matemáticas para el estudio sobre la ciencia en México, realizado y publicado por el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC) en 1970-1971. Fue también coordinador del estudio Necesidades de recursos humanos en el área de Matemáticas, de la SEP, en 1982; y director de Formación del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), de 1991 a 1992.
Nacido en Madrid, España, el 13 de noviembre de 1932, siguió con sus padres, aún siendo pequeño, el camino del exilio español. Su madre alemana, Hildegarde Jahnke y su padre, filósofo donostiarra y licenciado en derecho por la Universidad Central de Madrid, Eugenio Ímaz Echeverría, se exiliaron en el México cardenista.
Ya en la ciudad de México, su padre participó en la constitución de la Junta de Cultura Española mientras se incorporaba a la Universidad Nacional Autónoma de México como profesor de la Facultad de Filosofía y Letras. Según lo describe Ascunce-Zabala, a partir de una entrevista a los descendientes de la familia Ímaz Jahnke, la vida de Carlos Ímaz transcurrió con la mirada del exilio y de la labor intelectual: "Las tardes, en su casa, (se refiere a Eugenio Ímaz), eran generalmente dedicadas a las tareas de escribir, de leer o de traducir, tardes en las que tenía, casi siempre, el paciente auxilio de su esposa (...) guardián responsable de que en la casa hubiese las condiciones necesarias de silencio y tranquilidad para el desarrollo de esa labor intelectual..." (Ascunce-Zabala, 2002).
Carlos Ímaz estudió ingeniería civil y matemáticas, tuvo ocasión de trabajar en la construcción de los multifamiliares Juárez que se encuentran frente al Centro Médico Nacional Siglo XXI, en la ciudad de México. Recuerdo aún sus palabras recién ocurrida la tragedia por el terremoto de 1985, él fue a confirmar el estado del edificio que ayudó a construir siendo residente de obra. A su regreso, en las afables comidas que solíamos realizar en casa nos dijo: "el que yo construí sigue en pie".
Carlos se graduó como matemático por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1955; como maestro en Ciencias en 1956, por la Universidad de Michigan y como doctor en Ciencias por la UNAM, en 1961. Se desempeñó como profesor de matemáticas en la UNAM desde 1954 hasta 1956, como profesor de tiempo completo en la Facultad de Ingeniería, de 1957 a 1961.
Fue investigador visitante del Research Institute for Advanced Studies, en Baltimore, durante los inviernos de 1958, 1959 y 1960, donde avanzó sus investigaciones doctorales; profesor adjunto del Departamento de matemáticas del CIEA del IPN, de 1962 a 1965 y profesor titular del mismo Departamento, de 1966 a 1975. Fue coordinador de la recién creada Sección de Matemática Educativa de 1976 a 1978 y primer coordinador del área de Educación Superior del Departamento de Matemática Educativa, en 1990.
Carlos fue siempre un hombre de múltiples facetas. En su labor editorial, fue un activo miembro de comités y consejos diversos: Consejo de la Editorial Siglo XXI, desde 1967; editor en jefe de la Revista Matemática, de la Sociedad Matemática Mexicana, de 1959 a 1962; editor en jefe de la Revista Acta Mexicana de Ciencia y Tecnología, desde 1967; fundador de la Revista Latinoamericana de Investigación en Matemática Educativa-Relime y miembro de su Comité Científico, desde 1997; fue además coordinador del Comité Huésped del más reciente número especial de Relime, en 2010.
Organizó también actividades académicas de trascendencia regional a lo largo de su vida: VII Congreso Nacional de Matemáticas (1962), II Escuela Latinoamericana de Matemáticas (1972), III Simposio México-Estados Unidos sobre Ecuaciones Diferenciales (1975), VI Conferencia Interamericana de Educación Matemática, IV y VI Reunión Centroamericana y de El Caribe sobre Formación de Profesores e Investigación en Matemática Educativa (1990 y 1992), II Simposio Internacional sobre Investigación en Educación Matemática (1990).
Ingresó a la Sociedad Matemática Mexicana (SMM) en 1954, a la Academia de la Investigación Científica (hoy Academia Mexicana de Ciencias) en 1974, al Sistema Nacional de Investigadores en 1984. Fue secretario general de la SMM, de 1961 a 1963 y vicepresidente, de 1963 a 1965. Fue miembro del Comité Interamericano de Educación Matemática, de 1964 a 1974.
Sus primeros artículos profesionales, durante la década de 1960, corresponden al campo de las Ecuaciones Diferenciales y la Teoría del Control. En el homenaje que le rindió la Sociedad Matemática Mexicana en 1995, se destacó su contribución al campo y al papel que desempeñó para su definitiva introducción y consolidación en nuestro país. Entre estos trabajos científicos podemos citar los siguientes:
Differential equations with a small parameter. RIAS Teach. Rep., 61-62, 1961.
Cierto tipo de estabilidad (con Z. Vorel). Bol. Soc. Mat. Mex., Vol. 8, 46-52, 1964.
Existence, uniqueness, continuity and continuation for solutions for retarded differential equations (with J. H. Hale). Bol. Soc. Mat. Mex., Vol. 11, 47-59, 1966.
En la década de los 80, las publicaciones del doctor Ímaz se extienden hacia el estudio de los modelos infinitesimales, donde propone un nuevo modelo para el cálculo y su enseñanza, sin seguir la lógica non-standard de A. Robinson. De sus publicaciones más representativas del periodo, citamos a las siguientes:
Calculus: an infinitesimal model for teaching (with J. González & A. Salcido). UMAP Journal, Vol. V. No. 4, 1984.
Infinitesimal models for real analysis. Int. J. Math. Educ. Sci. Technol. 22, 2, 1991.
Fue en los últimos veinte años de su vida que Carlos publicó ensayos teóricos y de revisión sobre la investigación del campo que había impulsado y constituido, la Matemática Educativa, citamos entre éstos los siguientes:
¿Qué es la matemática educativa? Mem. Reun. Centr. Car. Form. Prof. Inv. Mat. Educ., Vol. 1, No. 1, 267-272, 1987.
Cálculo-Análisis. Una reseña de la Investigación reciente en México. (con R. Cantoral, F. Cordero y R. Farfán). Mem. Simp. Int. Ed. Mat., PNFAPM, 55-70, 1990.
¿Qué pasa con el infinito?. Avance y Perspectiva, Vol. 20, 305-311, 2001
La dirección de sus tesis de maestría y fundamentalmente de doctorado, siguió siempre en los campos descritos con anterioridad y en las líneas de experimentación educativa, diseño y desarrollo curricular.
En nuestra opinión, son notables también las contribuciones de Carlos como autor de libros de texto para la formación de profesores de matemáticas. Destaca su obra, en colaboración con el matemático checo Zdenek Vorel, sobre Ecuaciones diferenciales, Teoría del control y su texto Introducción al cálculo, así como la traducción al castellano del libro clásico de Hermann Weyl, publicado originalmente por la Universidad de Princeton, Filosofía de la Matemática y de la Ciencia Natural. Recientemente, en el año 2010, publicó en colaboración con Luis Moreno, el libro La génesis y la enseñanza del cálculo.
La obra del doctor Ímaz fue marcada desde sus inicios por la dimensión didáctica, siendo docente de sus primeros cursos -aún recuerdo las anécdotas que nos contaba cuando fue profesor de matemáticas en Ingeniería-, él sentía que el uso del discurso propio de la matemática en la enseñanza -el discurso matemático escolar-, no era adecuado para conseguir los fines didácticos. Ésto lo llevó a participar activamente en tareas de formación de profesores, en congresos educativos, en la elaboración de materiales didácticos y en el diseño y rediseño del discurso matemático escolar.
Fue así que durante los años 70 acepta el reto, ofrecido por la SEP, de preparar los materiales didácticos para la educación matemática del nivel básico del Sistema Educativo Nacional. De esta empresa, surgen las versiones de los textos didácticos para millones de niñas y niños mexicanos, así como la elaboración de auxiliares didácticos para el maestro de educación primaria.
A principios de los años 90, conjuntamente con la doctora Rosa María Farfán y el doctor Francisco Cordero, propusimos a la dirección del Cinvestav se postulara al doctor Carlos Ímaz Jahnke como digno merecedor del Premio Nacional de Ciencias. Reunimos y preparamos su expediente, hablamos con funcionarios de la SEP y explicamos la importancia de su obra para el desarrollo de México. Fue en esos años que Carlos nos contó de sus fallidos intentos por nacionalizarse mexicano y de cómo decidió permanecer como un "mexicano sin papeles".
Era un polemista agudo y mordaz, sus opiniones resonaban en varios ámbitos. A fin de testificar su estilo, transcribo a continuación algunas de las cartas que, de vez en vez, publicaba en la sección El Correo Ilustrado del diario La Jornada y un recuerdo que nos comparte el doctor Javier González Garza, sobre el movimiento estudiantil de 1968:
"Para entonces, Díaz Ordaz había ya espetado su frase aquella de el odio no ha nacido en mí, extiendo mi mano a todos los estudiantes inconformes...". En respuesta discutimos la elaboración de la manta que llevaríamos a la siguiente manifestación. Carlos propuso y se aprobó, la consigna "exigimos la prueba de parafina a la mano extendida", firmada por el Cinvestav. Otra propuesta que salió de aquel grupo, fue la realización de una marcha silenciosa. La propuesta se llevó al CNH y se aprobó.
La marcha se realizó el día 13 de septiembre. Unos días después, Carlos fue detenido por la policía judicial. Lo acusaban de comunista, como a todos los que participaron en ese movimiento. Durante aquél interrogatorio, Carlos se concretó a responder que sus alumnos eran reprimidos injustamente y que él se declaraba cardenista. Carlos aceptó ser extranjero y participar en política; sin embargo, fue liberado unos días después."
(González Garza, J. 2010)
Transcribimos a continuación pequeñas pero profundas notas de Carlos Ímaz Jahnke, sobre temas diversos en la sección de El Correo Ilustrado de La Jornada:
En un llamativo desplegado aparecido el 11 de mayo de 2008 en La Jornada, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey se precia de su labor académica en favor del desarrollo del país. Como elemento central de la argumentación, se echa mano de una relación algebraica que supone "i+i=i al cuadrado". Menos mal que existen, todavía, las instituciones públicas de educación donde, como debe ser "i+i = 2i".
Telma G. Castro Romero, investigador titular, CCA de la UNAM, y Carlos Ímaz Jahnke, investigador emérito Cinvestav del IPN
Mi comentario está catapultado por múltiples razones, pero esgrimiré sólo una. Por 57 años he sido miembro de la gran comunidad de la educación superior de México y, a pesar de ello, no puedo encontrar ni siquiera el esbozo de un motivo para explicarme, de manera satisfactoria, que una entidad con la prosapia institucional de la UNAM, anhele el reconocimiento de los monarcas españoles vía el Premio Príncipe de Asturias.
Carlos Ímaz Jahnke. Investigador emérito, Cinvestav-IPN
Me refiero al artículo El evolucionismo y la necesidad de ser ateo, del profesor Julio Muñoz Rubio, quien en consonancia con el título de su colaboración, lo remata señalando que el evolucionismo es una de las mejores herramientas para eliminar la imposición religiosa de la condición humana.
Siempre me ha parecido un craso error arremeter con las armas de la ciencia la muralla de las convicciones, por más que ello pueda parecer lógico. Si bien no están explícitos, argumentos como que un físico-químico no puede creer en la multiplicación de los panes o los peces, me parecen pamplinas simplistas. Además, todo está sometido a procesos evolutivos, inclusive las religiones; sin embargo algunos seres vivos no han pasado de ser chapulines, todo depende de la línea de evolución. Por experiencia sé que la mejor manera de hacerse ateo es escuchar, a ratos, a los fanáticos religiosos.
Espero que los cambios anhelados por el profesor Muñoz (y por un servidor), se den por evolución y no sitiando a las plazas de los creyentes escudados con la santa evolución (que al final de cuentas puedo no creer en ella).
Atentamente.
Carlos Ímaz Jahnke, investigador emérito (y ateo) del Cinvestav, IPN
Habiendo visto las imágenes del derrumbe en la obra realizada por la empresa Constructora Terracota, allá por el rumbo de Santa Fe, nos podemos congratular de que no hubiese víctimas, pero conviene que, desde ahora, dicha empresa se dedique, más acorde con su nombre, a la fabricación de ollas para mole, no muy grandes, por cierto.
Carlos Ímaz Jahnke, investigador emérito, Cinvestav del IPN
De acuerdo con Laura Poy Solano, reporteando el primer Congreso de Miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pareciese que el mismo padece, reconocidamente, de muchos problemas graves. Se habla de distorsión perversa, sin señalar respecto a cuál rectitud; de una crisis de aplicación, de falta de equidad de género y otras cosas. Otros más optimistas, refieren que sus reglas de evaluación del trabajo científico no son las mejores, pero sí las menos malas que tenemos. Y así por el estilo. Parece ser que se insiste en escupir fuera de la bacinica, requerimos de una política estatal para la ciencia, no de una lotería para los científicos.
Carlos Ímaz Jahnke, profesor emérito del Cinvestav del IPN
Hasta siempre... Carlos
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Referencias
Ascunce J. A. y J.R. Zabala. Eugenio Ímaz. Asedio a un filósofo. Colección Actas. Donostia: Ed. Saturrarán, 2002.
González Garza, J. Un mexicano ejemplar. (2010, 30 de octubre), Diario Reforma, sección de Opinión, 13.
Sección El Correo Ilustrado de La Jornada, disponibles en http://www.jornada.unam.mx
http://biblioteca.cinvestav.mx/indicadores/texto_completo/cinvestav/2011/201591_1.pdf