(De https://www.revistahypatia.org/conociendo-a-revista-23.html )
En 1897, Cuernavaca abrió la puerta a la modernidad ante la llegada del ferrocarril, pero también en ese año se convirtió en la cuna de un morelense ilustre, aunque poco conocido por toda la sociedad, Alfonso Nápoles Gándara, nacido el 14 de octubre.
Eran tiempos de Don Porfirio Díaz, todavía no había carreteras y los caminos de hierro eran símbolo de progreso mundial, cuando las calles de la Ciudad de la Eterna Primavera eran testigos del paso de una joven promesa de las matemáticas en México. Fue en estas tierras donde inició sus estudios en medio de la tormenta revolucionaria de la época. Como anécdota, se señala que su hermano mayor, murió en un asalto zapatista al tren de Cuernavaca. En 1915 concluyó su instrucción en la Escuela Nacional Preparatoria, en aquellos tiempos en que ésta incluía la secundaria y en lo consecuente ingresó a la Escuela Nacional de Ingenieros donde llamó la atención de Sotero Prieto Rodríguez, conocido como el padre de las matemáticas por su talento y originalidad.
Nápoles Gándara, se dedicó a la docencia desde 1915, en este ámbito su labor se fusionó a la necesidad de crear centros de matemáticas, como un aspecto básico para fortalecer y darle cauce a la investigación y a la difusión de los avances en esta disciplina. 3 lustros más tarde, como consecuencia de su destacada labor se hace acreedor a una importante beca otorgada por la Fundación Guggenheim en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en donde asistió y acreditó 14 cursos semestrales de matemáticas superiores de categoría A, obteniendo en 11 de ellos la categoría H "Pasado con honor", estancia que marcó su destino. Asimismo, las aulas de la Universidad de Harvard fueron el entorno donde tomó cursos de Funciones de Variable compleja y Métodos de la enseñanza de las matemáticas que más tarde pudo impartir en México.
En 1939, obtiene una maestría, otorgada por la Secretaría de Educación, en Ciencias Físicas y Matemáticas y posteriormente un doctorado en matemáticas conferido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), distinción que cabe señalar, no quería le dieran.
Tras la muerte de Sotero Prieto, Nápoles Gándara asume el liderazgo del movimiento matemático en México. Formó parte del grupo fundador de la actual Facultad de Ciencias, donde dirigió el Departamento de Matemáticas de 1939 a 1965. En 1942 como resultado de su esfuerzo se funda el Instituto de Matemáticas del que fue el primer director. En noviembre de este mismo año, en Saltillo, Coahuila inició la serie de congresos de matemáticas que sentaron las bases de encomiables éxitos a lo largo de muchos años. Como consecuencia del primer congreso se creó la Sociedad Matemática Mexicana que presidió hasta 1961, de la cual es presidente Honorario Vitalicio.
Si las matemáticas en México adquirieron el carácter institucional que ahora tienen, fue gracias al trabajo inagotable, a las gestiones interminables que Nápoles Gándara llevó a cabo. Su tarea fue lograr que las matemáticas existieran para el resto de la gente, saltando obstáculos burocráticos. Si bien otros fueron capaces de incrementar la vocación por esta disciplina, de publicar teorías y teoremas originales así como de difundir las matemáticas, nada de esto tendría sentido sin la vehemente pasión que este amante de los números dio para cimentar las bases, piedra a piedra, de 3 importantes instituciones académicas: la Facultad de Ciencias de la UNAM, el Instituto de Matemáticas y la Sociedad Matemática Mexicana, sin dejar a un lado la docencia y la investigación en la materia, que ahora ya son capaces de subsistir, bajo el memorable recuerdo de su precursor.
Alfonso Nápoles Gándara murió el 11 de noviembre de 1992. Entre las distinciones a las que se hizo acreedor se encuentra, el Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), el nombramiento de Catedrático Extraordinario de la Universidad de Oaxaca y el reconocimiento de Investigador Emérito de la UNAM.