Sotero Prieto Rodríguez. Nació el 25 de diciembre de 1884 en Guadalajara, Jalisco, y murió el 22 de mayo de 1935 en la Ciudad de México, DF. Su padre fue el ingeniero en minas y profesor de matemáticas Raúl Prieto González Bango y su madre doña Teresa Rodríguez Gama de Prieto, ambos oriundos de Jalisco.
Sotero cursó sus estudios elementales en Guadalajara y posteriormente en Real de Monte, Hidalgo, donde su padre se hizo responsable de la mina. En 1897 fue a la Ciudad de México, donde comenzó sus estudios de preparatoria en el Instituto Colón de don Toribio Soto. Los concluyó en la Escuela Nacional Preparatoria en 1901. En 1902 ingresó a la Escuela Nacional de Ingenieros, en el viejo Palacio de Minería, donde cursó la carrera de ingeniería civil, la cual concluyó en 1906, sin nunca llegar a recibir el título correspondiente.
Aún siendo muy joven comenzó a enseñar a la vez que hacía estudios especiales de matemáticas superiores, de las que llegó pronto a ser considerado notable autoridad. Como profesor de la Escuela Nacional Preparatoria y de la Escuela Nacional de Ingenieros, más tarde integradas a la naciente Universidad Nacional de México, tuvo una gran influencia en la creación y en la enseñanza de las matemáticas, y en la formación de nuevas generaciones de ingenieros. Al mismo tiempo influyó de manera decisiva en la formación de los primeros científicos mexicanos especializados en las ciencias exactas: Alfonso Nápoles Gándara, Manuel Sandoval Vallarta, Alberto Barajas, Nabor Carrillo Flores y Carlos Graef Fernández.
Durante los años aciagos de la Revolución, Sotero Prieto fue jefe de la sección de cartografía del Observatorio Astronómico de Tacubaya. Ahí colaboraba con su amigo y amigo de la familia, el Ing. don Joaquín Gallo. Entonces el director del Observatorio era el Ing. Basiliso Romo.
En marzo de 1922, Sotero Prieto fue designado por el Rector de la Universidad delegado de México por matemáticas ante el Congreso Científico Internacional, que tuvo lugar en Roma. Don Joaquín Gallo, a la sazón Director del Observatorio Astronómico Nacional, iba a cargo de la representación en astronomía. Ya estando en Roma, se inscribieron ambos a las sesiones de relatividad que presidía el físico Silverstein, discípulo de Albert Einstein. Al extrañar la presencia de Einstein, sugirieron que se le invitara, pero argumentando razones económicas, los organizadores rechazaron la propuesta. Ya que entonces nuestro peso estaba fuerte frente a las debilitadas monedas europeas, decidieron ambos mexicanos sufragar los gastos de pasaje de Einstein de Berlín a Roma. Aun así, su propuesta fue rechazada.
Hacia 1932 fundó la Sección de Matemáticas en la Sociedad Científica "Antonio Alzate". En el seminario que se dictaba en la Sección expusieron sus resultados de investigación Sandoval, Graef, Carrillo y Barajas, entre otros. Sotero Prieto no sólo destacó en su conocimiento profundo de las matemáticas, también era implacable con el idioma, hecho que tenía un papel importante en su labor de enseñanza, toda vez que esto impregnaba elegancia y claridad en sus exposiciones. Fue también un notable divulgador. En la Revista del Maestro publicó hacia 1922 dos deliciosos ensayos sobre las teorías de la relatividad, especial y general, que hacen gala de claridad y son, probablemente de los primeros escritos que divulgaron la teoría de Albert Einstein, al menos en español.
Alrededor de 1932, don Sotero impartió un curso sobre historia de las matemáticas. Usaba para ello dos famosos textos. Uno de ellos era la Histoire des Mathématiques de Jean-Étienne Montucla, publicado en el siglo dieciocho, el otro era el famoso y recientemente publicado History of Mathematical Notations, de Florian Cajori. Del libro de Montucla tenía una versión del año VII de la Revolución Francesa, que era más o menos 1798, que, a través de su padre, había heredado de su abuelo, Sotero Prieto Olasagarre, oriundo de Panamá, y éste, probablemente del bisabuelo, José Vicente Prieto y Ramos, nacido en Extremadura. Esta obra en dos tomos está aún en manos de la familia Prieto. Para su uso, tenía una versión moderna, de principios del siglo veinte, que formaba parte de la Colección Sotero Prieto, de la biblioteca del mismo nombre, del Instituto de Matemáticas. Desgraciadamente esta obra, pletórica de anotaciones al margen, de manos de don Sotero, fue sustraída de la biblioteca y no ha vuelto a aparecer. Las notas manuscritas que don Sotero elaboró para su curso fueron publicadas en forma facsimilar por el Instituto Mexiquense de Cultura, en 1991.
Tanto en la Escuela Nacional Preparatoria como en la Escuela Nacional de Ingenieros, Sotero Prieto Rodríguez propició la reforma de los sistemas de enseñanza en las ciencias exactas. Con ello comenzó una nueva época en la docencia. Siempre propugnó por la profesionalización del ejercicio de las matemáticas. Se daba cuenta de que México requería mucho más que unos cuantos aficionados a las matemáticas, que las estudiaran en libros y luego las enseñaran. Por ello propició que sus discípulos fueran al extranjero a prepararse sólidamente para retornar a México, no sólo a enseñar, sino a crear ellos mismos nuevo conocimiento matemático. Es notable la labor que a su regreso hicieron Barajas y Graef. Pero también es muy digno de mención don Alfonso Nápoles Gándara, que durante su estancia en el Massachusetts Institute of Technology, más que a prepararse para hacer investigación, se dedicó con todo su esfuerzo a aprender lo más posible, particularmente geometría diferencial, para venir a México a enseñar.
Los que tuvimos la fortuna de ser sus alumnos, apreciamos la claridad, el orden y la elegancia con que don Alfonso enseñaba. Fue Nápoles quien después del trágico fallecimiento de Sotero Prieto Rodríguez, el 22 de mayo de 1935, se encargó de hacer realidad los sueños de su maestro. Entre las muchas cosas que puso en marcha están la fundación de la Facultad de Ciencias en 1939, la del Instituto de Matemáticas en 1942 y la de la Sociedad Matemática Mexicana en 1943.
Hacia 1917, don Sotero contrajo nupcias con Isabel Río de la Loza Salazar, nieta del distinguido médico, Leopoldo Río de la Loza. Tuvieron cuatro hijos, el mayor de ellos fue Raúl, escritor y periodista, mejor conocido como Nikito Nipongo, y Juan, Agustín Sotero, fueron los tres ingenieros.
Carlos Prieto de Castro
[Sotero Prieto Rodríguez es el hermano mayor de mi abuelo]