Javier Barros Sierra nació en la ciudad de México el 25 de febrero de 1915. Fueron sus padres José Barros Olmedo y María de Jesús Sierra Mayora. La familia Barros estaba constituida por ricos hacendados del estado de Hidalgo educados en un ambiente de rígida tradición. En contraste, la familia Sierra se caracterizaba por su espíritu liberal representado, de modo sobresaliente, por el historiador y educador Justo Sierra, abuelo del ingeniero Barros Sierra.
Cursó la educación primaria en la escuela Alberto Correa, la educación media en la secundaria Niños Héroes de Chapultepec y en 1933 ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria; a la sazón Roberto Medellín fungía como rector de la Universidad. Desde sus años de bachiller Barros Sierra se desempeñó como consejero universitario.
En 1935 empezó los estudios de ingeniería civil en la entonces Escuela Nacional de Ingenieros, donde se tituló en septiembre de 1943 con la tesis "Proyecto de una presa en arco". También asistió a los cursos de matemáticas que impartía el ilustre maestro Sotero Prieto y sus colaboradores más destacados: Alfonso Nápoles Gándara, Carlos Graef Fernández y Antonio Suárez. En 1947 obtuvo el título de Maestro en Ciencias Matemáticas con un trabajo referente a un problema de geometría deferencial propuesto por George David Birkhoff.
Desde joven manifestó Barros Sierra su interés por la enseñanza. En 1938 empezó su labor magisterial impartiendo los cursos de geometría y trigonometría en la Escuela Nacional Preparatoria y continuó impartiéndoles hasta 1949. En la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México enseñó cálculo diferencial e integral (elemental y superior) desde 1943 hasta 1954. En esa época redactó los apuntes que publicó en 1946, en colaboración con Roberto Vázquez García, como libro de texto bajo el título de "Introducción al cálculo diferencial e integral".
El matemático Francisco Zubieta, quien conoció a Barrios Sierra en 1933 cuando ambos estudiaban en la Escuela Nacional Preparatoria, comenta:
"Como maestro de matemáticas Barros Sierra fue siempre claro y conciso en sus explicaciones; cultivaba la sencillez de estilo y la pureza del lenguaje; motivaba la invención a la vez que desarrollaba el espíritu crítico de sus alumnos. Ejerció la cátedra con verdadero profesionalismo, con rectitud no fingida. Combatía con ironía ligeramente sarcástica, pero nunca ofensiva, las falsas posturas y todo aquello que apartara de lo genuino; a menudo celebraban sus alumnos el ingenio de sus comentarios. De manera importante contribuyó con su ejemplo a mejorar la enseñanza de las matemáticas, poniendo en la práctica la honradez intelectual que cultivó en todas sus actividades"
(Francisco Zubieta, "Barros Sierra como matemático", en Ingeniería, Órgano Oficial de la Facultad de Ingeniería, UNAM, vol. XIII, núm. 3 julio-septiembre, 1972, p. 256)
Javier Barros Sierra. Su Vida, Sus Ideas Y Su Obra
Escrito por Granja Castro Dulce Maria